¿Son las radiaciones uno de los principales generadores de estrés para nuestras vidas?
Convivimos con muchos tipos de radiaciones en nuestro día a día, nos hemos acostumbrado a ello y lo vemos como algo “normal”.
Es un problema “parecido” al del cambio climático, hace ya muchos años que se nos viene avisando este peligro, las personas que empezaron a avisarnos eran consideradas una especie de “frikis ecologistas” y eran tomadas poco en serio.
Hoy en día podemos observar de forma clara las consecuencias del cambio climático y de no habernos tomado en serio las advertencias de los «frikis ecologistas» que nos empezaron a advertir de ello.
El problema de la sobreexposición a las radiaciones puede ser muy parecido en evolución y cambio en el tiempo, la diferencia es que en el cambio climático se debilita de forma lenta y constante al planeta tierra y, en el proceso de sobreexposición a radiaciones, se debilita de forma lenta y constante al ser humano.
Igual que a medio incluso a corto plazo, el cambio climático puede traer consecuencias graves para el planeta tierra si no se toman medidas al respecto, lo mismo puede ocurrir con la salud y el bienestar del ser humano si no se toman medidas frente al debilitamiento constante y progresivo al que está siendo sometido por la sobreexposición a radiaciones.
La radiación es la emisión, propagación y transferencia de energía en cualquier tipo de medio, en forma de partículas u ondas electromagnéticas.
Cuando vamos, por ejemplo, a un lugar de montaña donde no hay cobertura, solemos experimentar de forma notoria una sensación de bienestar, es decir, notamos que estamos en ese momento aislados de casi toda la radiación con la que convivimos día a día, es en esos momentos donde más se puede tomar conciencia del estrés al que estamos sometidos por estas radiaciones.
Esta tensión que a cada segundo estamos sometidos los seres humanos nos está debilitando, nuestra salud se está viendo afectada, nos está haciendo envejecer más rápidamente que lo que debería ser el proceso natural, nos está afectando a nuestra capacidad de conciliar el sueño y disminuyendo considerablemente la calidad y el efecto reparador de éste.
Estamos sometidos a un “ataque” constante por las radiaciones del móvil, del wifi, antenas, de las instalaciones eléctricas de las viviendas, de las instalaciones eléctricas que se encuentran en la vía pública etc., además de estar sometidos también a las radiaciones de origen natural (geopatías), que nos están afectando cada vez más.
El ser humano tiene una gran capacidad de defensa frente a las radiaciones, es quizá por eso que llevamos años subestimado este problema. Hemos aumentado tanto las radiaciones artificiales a las que estamos expuestos en nuestras vidas y llevamos ya tantos años en esta situación que, esta gran capacidad que tenía el ser humano frente a las radiaciones se ha visto mermada considerablemente.
El hecho de haber tenido esta sobreexposición durante ya muchos años a radiaciones artificiales , además de suponer un problema en sí mismo, también es la causa por la que hemos tenido una disminución considerable de nuestras defensas frente a las radiaciones naturales (geopatías), que son ondas de diversos tipos, que se generan de forma natural y que son perjudiciales para el ser humano.
El proceso de debilitación del ser humano es lento y sutil, es evidente que cada vez las personas tienen nuevos problemas de salud que antes no existían o que antes eran muy minoritarios, además de los problemas psicológicos cada vez más presentes por, ejemplo, en los niños.
No es tan evidente ni fácil de ver, que una de las causas más importantes de todo este cambio es la sobreexposición a las radiaciones. Lo que nos afecta de forma sutil siempre ha sido más difícil de identificar por el ser humano y, más aún, en el momento actual.
Aunque son ya muchos los estudios científicos que demuestran que la exposición a radiaciones está provocando, no solo enfermedades, sino también mermando la calidad de vida y bienestar de las personas.
Lo podemos comparar con el problema que hay con la capa de ozono, la radiación ultravioleta que emite el sol, tiene que ser en parte absorbida por la capa de ozono. Los seres humanos, con nuestra actividad “artificial”, hemos dañado la capa de ozono. Esto hace que el proceso natural de tomar el sol, se haya visto alterado por causas artificiales generadas por el ser humano.
Es decir, las radiaciones que emite el sol nos perjudican mucho más si dañamos de forma artificial la capa de ozono, al igual que las radiaciones naturales (geopatías) que emite la tierra nos afectan mucho más después de que las radiaciones artificiales hayan debilitado nuestras defensas.
Frente a este problema, ¿Cuál está siendo nuestra actitud? En la mayoría de casos las personas están ignorando el problema (“a mí no me afecta”), en otros se está apagando el wifi y alejando el móvil por la noche.
Algunas empresas que están midiendo la cantidad de radiaciones a las que están sometidos sus trabajadores y tomando medidas como el apantallamiento y también soluciones innovadoras que están dando muy buenos resultados, tanto en la mejora del bienestar de los tabajadores como en los beneficios económicos de las empresas.
Nosotros pensamos que esta sobreexposición está causando muchos problemas de salud física y mental, de envejecimiento prematuro y de bienestar en general para el ser humano.
Hemos de tomar conciencia de este ataque, poner límites y tomar las medidas oportunas en nuestros hogares y lugares de trabajo para poder recuperar unas condiciones ambientales en nuestras vidas que nos permitan tener el bienestar, descanso y la calidad de vida adecuados que requiere todo ser humano.